SOPLANDO EL POLVO

Un año sin publicar, mil perdones a los expectantes. Me he visto obligada a cambiar el orden de los factores y priorizar urgencias, lo cual espero no sirva como excusa, para mí tampoco tendría validez. 

Lo confieso, soy una procrastinadora, es decir, dejo las cosas para ese "luego" que tarda demasiado en ser tenido en cuenta hasta producirse, y así pasa.
Según las religiones que conozco, ahora tendría que estar culpabilizándome y ahogándome en mis  arrepentimientos, con su permiso me permitiré el lujo de disfrutar escribiendo, por decisión personal e intransferible (independientemente de cual sea la suya).
Pro-cras-ti-nar, que palabra mas bonita. Aunque el concepto, no acompañe.
Es importante, tanto o más que urgente, que todos seamos conscientes de que la misma palabra puede tener conceptos diferentes en personas presumiblemente similares, este sería un buen comienzo en el desarrollo de la empatía colectiva y para ello sería bueno que todos comprendiésemos que somos únicos y diferentes para que ello nos enriquezca. La naturaleza nos invita a la compatibilidad mientras la sociedad nos educa para la competitividad que, desarrollada por nuestro ego, puede inclusive llegar a límites de exterminación.
Lo que algunos denominan el enemigo interno, la autodestrucción. El ego es esa voz que nos dice que tenemos que destacar, llevar razón y ser los mejores en nuestra promoción, con el único objetivo de quedar por encima de los demás. Normalmente viene acompañado de una falsa autoestima que permite el laurearse de determinadas acciones y actitudes que cosechan éxitos exteriores en destacables círculos que pueden llegar a ser viciosos y a los que muy equivocadamente, podemos llegar a tachar de animales. ¿Qué culpa tienen los animales?.
A veces pienso en la tierra y todos sus habitantes comparándolo con un sistema vivo más tangible y cercano, el cuerpo humano. Cada parte, montaña, río, animal, es importante para el buen funcionamiento, ¿no? De ahí vendrá la frase de que somos el virus del planeta, digo yo. Será que mis ideas y pensamientos son compartidos con mas gente con la que nunca he tenido contacto y seguramente nunca lo tendré. 

Según mi teoría, cada uno de nosotros elegimos la actitud con la que vivimos, que es lo único que realmente se puede elegir, a partir de ahí vamos formando parte de la posible vacuna o de la infección. Teniendo en cuenta las vivencias de cada persona, ésta priorizará según patrones aprendidos, diferentes opciones en divergentes momentos de la vida. Sin embargo, existen puntos en común a todos nosotros que permiten conocer como al final la madre naturaleza, con las capacidades que nos brinda y desarrolla gracias a su experimentación en nuestros caminos, es el principio de todo.

Agradecida por la espera, sin necesidad de compartir creencias o la falta de ellas.